LOS 4 TIPOS DE BRACKETS
En el mercado hay distintos tipos de brackets para tratamientos de ortodoncia, según su material y la técnica de su confección.
Los brackets son el elemento pequeño que se pega en el diente para distribuir la tensión en el arco. Gracias a esta fuerza que realizan, van modificando paulatinamente la posición de los dientes hasta tenerlos en la posición correcta.
Existen cuatro tipos y cada uno de ellos con ventajas propias:
- Metálicos: Son los clásicos de metal, ideales para cualquier problema de maloclusión y malposiciones. Funcionan mediante unas gomas fijadas al arco y es la opción más común y económica.
- Autoligables: También conocidos como ortodoncia o brackets Damon. No necesitan ligaduras para fijarse al arco del aparato dental. Con ello se consigue una mejor distribución de la fuerza por lo que garantiza una máxima comodidad y rapidez en el tratamiento.
- Linguales: Son los que se colocan en la parte interna de los dientes, prácticamente ocultos a la vista. No necesitan gomas como los metálicos, garantizando así una máxima comodidad para el paciente.
- Estéticos: Los brackets céramicos o de porcelana y los transaprentes de zafiro son brackets estéticos. Esto se debe a que son prácticamente impercetibles en la sonrisa del paciente. Son igualmente eficaces que los clásicos. También se suelen indicar para pacientes con alergias a los metales.
ESTÉTICA Y SALUD
Estos son los tipos que hay, todos útiles y eficaces dependiendo del diagnóstico. A veces la ortodoncia no es sólo un fin, si no un medio para realizar tratamientos dentales muchos más complejos. En otros casos apenas con unos meses de tratamiento se puede obtener una boca perfecta, todo depende de cada paciente.
Con nuestros ortodoncistas te aconsejaremos sobre qué tipo de brackets son los más adecuados a tus necesidades, siempre teniendo en cuenta todas las opciones y lo que mejor se adapte a tu salud dental.